jueves, 9 de febrero de 2012

No podía más. Se sumergió completamente. Sus ojos permanecieron abiertos durante 4 o 5 segundos y los cerró. Notó el agua caliente  y como poco a poco su cuerpo se relajaba, trató de dejar su mente en blanco. Había dejado las persianas subidas y en aquella hora , sabría que  en breves instantes la luz del sol, según amaneciese, entraría  para darle directamente sobre la bañera. Trató de nuevo de no pensarlo.
Notaba como si su cuerpo se hubiese escindido en dos partes, la cual una de ellas flotaba levemente sobre la superfie de la vaporosa bañera. No había jabón, sólo un puñado de sales marinas relajantes, ni el jabón de chocolate que le habían regalado,el que permanecia mediado en el estante junto  con los demás productos de higiene. No pensó, sólo dejo que una de sus mitades decidiera. Aquella de ambas partes decidió, claro que lo hizo y dejó que su nariz se asomara levemente a la superficie, ahora todo el exterior lo notaba más frío. Su cabello ondeaba lentamente en el agua, a veces levemente rozaba sus hombros, otras su cuello e incluso algún mechón rebelde  se colaba estratégicamente cerca de la comisura de sus labios, rozándola tímidamente. La claridad comenzó a asomarse por la ventana, un nuevo albor. Para ella, el fin de un día mas. Pero daba pereza.
El agua, comenzó a enfriarse y con ella, su cuerpo. Su piel comenzó a erizarse del mismo modo que las yemas de sus dedos se arrugaban, pero su cuerpo le resultaba tan relajado, que le pesaba. Sólo un minuto más. Abrió sus ojos, y al incorporarse, mientras notaba como  el agua escurría y sus cabellos quedaban pesados a su espalda, la luz intensa  le molestaba. Como si de una pieza oxidada se tratase, acabó de incorporarse, rauda.
Aquel sonido era en parte molesto, esa pequeña succión que hacia  el pequeño desagüe al terminar de vaciar la bañera, pero no quiso terminar de darle importancia. Entraba aquella luz, cálida y a la vez fría. Se asomó a la ventana, ahora sí veía con claridad aquellas pequeñas huertas y campos a barbecho, brillantes, blanquecinos, crujientes a cualquier movimiento que pertubase su quietud. Dejó de erizarse para envolverse en una gran toalla de color verde esmeralda, y como si se desplomase, se sentó sobre su sanitario. Sonrisa de medio lado. Su futuro inmediato se debatia entre tomarse un contundente desayuno o tomar la cama como una autentica fiera agotada, cansada y derroida por el día que ella aun estaba por terminar, o por empezar según como se tomase. Pero aquellas gotas, eran crueles, resbalaban por su espalda como si  no fueran a llegar a su meta jamás. Llegaban , vaya si llegaban, hasta el punto que me cosquilleaban, de modo que mi mano se coló bajo la toalla y en una pasada las aniquiló. Resoplé con una sonrisa y me levanté, agité mi cabeza y sacudí mi pelo lo suficiente como para que ninguna cruel gota hiciese de las suyas de nuevo. Me ví en el espejo, y no puede evitar hacer diversas muecas en el. Me sentía ridícula, pero y qué, nadie me veia. Por un momento pensé que estaba loca. No, no lo estaba. Alcé una ceja y mostré mi lengua al espejito. Tiré la toalla  sobre la mampara de la bañera y me miré una última vez en el espejo, seguidamente mis pies tomaron camino, y notaron, vaya si notaron el choque térmico en el pasillo. Segunda puerta a la izquierda, cuidado con el cable en el suelo, cómo no, me dije a mi misma.
Me zambullí bajo mi nórdico, boca arriba. La luz mañanera recién estrenada, aún me daba en la cara. Siempre me había encantando, dormirme con luz natural y que la misma me despertara. Modo oruga. Sí, eso hice,  me enrollé tal cual en mi nórdico. Maldita gota que me escurría de nuevo por la espalda.Sinceramente, me negué a moverme  para arrastrarla de mi feudo.
Y mi día empezó.





2 comentarios:

  1. Nunca pensaste en escribir una novela? Me encanta leerte.

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  2. ehm.. sí, pero no estoy preparada psicologicamente para el fracaso. Además soy dispersa.. XD

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